El camino a los sueños

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El camino a los sueños, es el proceso que te lleva para conseguirlos, en el que a veces saltan esplendorosos rápidamente y en otras ocasiones se hacen esperar un poco. Sin embargo,  nosotros queremos que los sueñosse materialicen inmediatamente, nos gana la prisa, la urgencia y se nos olvida disfrutar el camino, compartirlo, divertirnos, olvidamos que las cosas no se obtienen de un día para otro, no aprendimos a caminar o a hablar o sostener nuestra cabeza en un solo día, fue un proceso. Pero en estos tiempos donde la tecnología nos facilita muchísimo las cosas, donde obtenemos la información rápido, queremos que nuestros procesos de aprendizaje sean igual, queremos todo instantáneo y no aprendemos a disfrutar los logros y la satisfacción que nos dan. Hemos perdido la capacidad para ser pacientes y disfrutar nuestros procesos de aprendizaje, estamos inmersos en una prisa constante y se nos olvida hacer pausas y disfrutar el camino.

En el artículo de ¿Cómo se construyen los sueños? hablamos que los sueños se construyen poco a poco, con confianza y entusiasmo para vencer el miedo que nos da salir de nuestra zona de confort, entonces los sueños se convierten en nuestras metas y queremos resultados, llegar cuanto antes a la meta, creemos que eso es la felicidad. A veces olvidamos que la meta no es el  fin sino el pretexto para iniciar el viaje y muchas veces no gozamos el trayecto.

La vida no se trata del resultado, la vida es el proceso

Cuando el recorrido se vuelve una queja constante: lo cansado que estamos, lo difícil del camino, cuando aparecen y nos llenamos de todas las dudas y de negatividad: cuánto falta, por qué vamos tan lento, no lo vamos a lograr, nos estamos desviando, etc., nace la insatisfacción y se pierde la motivación e inevitablemente se abandona el camino.

Crece un vacío dentro de nosotros, nada nos satisface, nada lo llena, queremos cumplir las metas sin que estas nos satisfagan. Y nos volvemos más exigentes con nosotros mismos y más ciegos de nuestro entorno. Y cada vez tenemos menos tiempo para disfrutarnos y a nuestro alrededor. Y comenzamos a desdibujarnos y nos perdemos y queremos más y gozamos menos. Eso me pasó a mí en mi trabajo anterior, ya no disfrutaba sólo buscaba entregar y tener resultados, para tener más dinero, le dedicaba horarios en donde el tiempo para disfrutar de mí era inexistente. Cada vez más vacía y más insatisfecha, cada vez más envuelta en un círculo viciosos de querer más para llenar mi gran vacío, que se hacía más y más grande. Perdiendo mi escencia, perdiendo a esa Sandra que sabía disfrutar, renací y volví a empezar, encontré otra vez el camino que se había desdibujado y del que me había perdido. Construí nuevos sueños y empecé a trazar el camino hacia ellos, entendiendo que son la meta pero no el fin.

Comprendí que para mí, el camino a los sueños es el camino a Ítaca, que se describe en el poema de Constantino Cavafis, donde lo importante no es llegar a Ítaca, sino el camino andado para llegar, Cavafis nos invita a que gocemos el camino, más que a ansiar la meta, que saboreemos TODO lo que nos brindó el camino.

Lo importante no es llegar, es el camino

Te invito a que consideres que el camino a los sueños, se vuelva tu camino a Ítaca, donde tu recorrido se convierta en una guía y también en un aliado. Que descubras que el camino le da sabor a la meta, le da sentido a la vida. Que lo valioso del recorrido es el aprendizaje que nos queda, las huellas que dejamos, las batallas que luchamos, las alegrías y los dolores que nos llevamos, los rastros que seguimos y trazamos. Lo valioso de nuestros pasos es todo el conocimiento y memorias que llevan. Los caminos que cruzamos con gente maravillosa y que siempre nos enseñan y nos dan algo. El camino está lleno de experiencias y de regalos que si abres bien los ojos podrás ver. Todo si te permites ver con el corazón tiene un por qué positivo. Todo tiene una enseñanza que en mi opinión se convierte en experiencia y eso ya de por sí es un regalo. Hay que CELEBRAR CADA PASO hacia nuestra meta, no hay que darlo por sentado, agradecer que estamos cada día más cerca y no perder el foco.Agradecer que estamos vivos y que sentimos, que vivimos plenamente persiguiendo nuestros sueños.

 

No dejes que la rutina o la prisa te jale y te lleve a un mundo donde no aprecies lo que te da la vida, donde no valores lo que eres y lo que tienes. No olvides que la construcción de tus sueños es un proceso que requiere tiempo.

Y que El camino no está trazado, lo defines tú. Puede ser tan maravilloso como tú lo desees, o tan tortuoso como te lo propongas. Recuerda que como te dije en  Escojo ser feliz, ¿y tú? tú decides si eres protagonista de tu vida o víctima. Ojalá que tú le sucedas al mundo y no que el mundo te suceda.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Te invito a que empieces a generar un diario o a escribir tus memorias de los sucesos que te pasan en tú vida, donde busques ese aprendizaje y lo maravilloso de estar vivo y donde al menos diario escribas 3 cosas sobre las que agradeces en tu vida. Hacerlo una rutina te ayudará a que se vuelva un hábito, pero sobretodo a que tu camino sea un deleite, donde el horizonte sea luz y el rumbo un beso.

Un manjar puede ser cualquier bocado si el horizonte es luz y el rumbo un beso

En el artículo de Feliz Navidad, te dejé un video que plasma  esto que te estoy diciendo, donde a veces damos por sentado las cosas y no vemos lo afortunado que somos y los regalos que tenemos diariamente frente a nosotros, échale un ojito.

Te deseo un maravilloso viaje a Ítaca, donde el camino a tus sueños sea de lo más placentero y enriquecedor y donde:

¡Ojalá vivas todo los días de tu vida!

Haz de tu camino a los sueños, tu camino a Itaca

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