Estas palabras se las escribí a mi madre, pero decidí subirlas porque, así como dijo Neruda que la poesía es de quién las necesite, las palabras también. Y sé que mi madre con lo generosa y compartida que es, será la más feliz de hacer feliz a quien lo necesite. Así que si las quieres usar, úsalas (sólo por favor dame el crédito correspondiente).
Yo la conozco como una guerrera y una luchadora incansable, como una persona generosa hasta la médula y con una capacidad infinita para disfrutar la vida. Nunca perdió esa capacidad que tienen los niños para disfrutar, ella la conservó y hasta me atrevo a decir que la atesoró.
Tiene una capacidad de amar A PESAR DE TODO. Me dio la vida y me ha regalado la capacidad de disfrutarla, en muchas ocasiones con su compañía, en otras con su apoyo y en otras nada más viendo a la distancia. Ha sido una gran maestra (la mayoría de las veces sin saberlo) de infinidad de lecciones y aprendizajes que me han ayudado en mi desarrollo personal y en sanar heridas.
PUEDO DECIR QUE ES UNA PERSONA FELIZ, que tiene una facilidad para pasarla bien, sacarle jugo a la vida y no hay día que no tenga una sonrisa en la cara.
No suele decir lo que piensa, pero con sus acciones lo dice todo. Se preocupa por la gente que la rodea, literalmente TODA la gente que la rodea, pero no sólo se preocupa sino que también se ocupa. Cuida por igual a niños, jóvenes o ancianos, y les comparte de ella y de su forma de ver la vida. Yo he aprendido a ver la generosidad a través de sus ojos y de sus acciones, siempre quiere ayudar ¡y lo hace! y nunca busca nada a cambio, ni el más mínimo reconocimiento.
Por eso y más, mi madre, es a toda madre.
Hoy, en este día, yo celebro tu decisión de querer ser madre (sobretodo por segunda ocasión) y te agradezco además que me hayas dado la vida.
Te quiero mamá, te quiero Roch.
